martes, 12 de junio de 2018

(...)

la casa es chica, si
y en este momento está hecha un desastre;
regada de gente en los sillones
(harina, platos, botellas)
alguien se duerme en el individual:
el que está arreglado entre comillas
con una tabla de madera debajo del almohadón
alguien se duerme abollado entre las cosas
del sillón más grande
miro la escena desde mi asiento 
estoy despierta y tengo 
una guitarra que suena
a espera y guitarra
(teletransportar la madrugada
observar silencios)
qué forma rara de parir es esta
es que el paneo general de cosas, 
de personas regadas por la habitación intenta decir algo(?)
me encantaría romper esta escena en pedacitos 
pero que todo se quede, permanente
acostarlos a todxs y repartir las mantas en equidad, 
besar sus frentes
no importa que no sean tantas
o haya una sola fuente de horno
o que la casa sea una habitación
creo que andrew tiene razón
seguimos italianxs como cada costumbre
hay una parte de mi que abre
su laguna como una madre
y da beber todo hasta sus entrañas
la sangre, los peces, 
como me dijeron que las madres son:
un manojo de entrañas azules y rojas
que ante la duda
o cualquier atisbo de carencia,
o la sombra mínima de lo ausente 
o la sensación de sentir en la carne 
lo que el otro siente, 
abre ante todo su pecho
incluso contra su voluntad 
y da de comerse a todo lo demás
mares de ansiedad
en otro tiempo me he consumido
ahora de vuelta me miro y no reconozco
ninguna parte
caida entre la ropa vieja otra vez
siento que me inflo para mal
no pensaba volver a caer aunque las cartas lo decían sin parar
el éxito es cuestión de momentos
estoy abajo y un maestro me dijo que puedo
confesarme y evitar el suicidio
lo de la muerte es un detalle evitable
me debe haber visto no tan afilada como para cortar
le dije que estaba buscando
el otro día dije que vi toda mi poesía
hecha una montaña de basura
y que con gusto podría bañarla en kerosene
encender un cigarro y tirarlo hacia atrás, todo un cliché
sentir el humo cortando los pulmones y el calor en la nuca
me imagino algo mucho más grande de lo que podría ser
la montaña de mi basura poética
me imagino un basural lleno de animales, lleno de gente
con hambre
sin mirar me fumo una seca y veo el reflejo incandescente
el otro día vi una imagen que me consagraría
era yo misma y no tenía nada; solo un palito con una mantita 
en forma de bolsa 
estaba de cara a un bosque salvaje, gigante
no había senderos marcados para seguir
había que oírse adentro como única clave

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